A pesar de tratarse de un torneo que ha contado con el mismo ganador en cada uno de sus tres cortos años de historia, la Overwatch World Cup ha sido responsable de lanzar carreras profesionales y de generar plazas en plantillas para muchos jugadores de todo el mundo. El escenario de la BlizzCon tiene algo que saca lo mejor de esta comunidad: equipos emergentes preparados para demostrar lo que valen, jugadores desconocidos en busca de su momento de gloria, el subidón de la competición de primer nivel, el increíble apoyo de los fans o un ambiente memorable en el recinto.

La competición de este año fue impredecible en todo menos en un solo aspecto. La paliza que propinó el Reino Unido a Estados Unidos fue de lo más sonado del fin de semana y sí, Torbjörn y Symmetra tuvieron algo de tiempo de juego. Con todas las vueltas imaginables, una cosa se mantuvo inmutable al cabo de dos fantásticas jornadas de Overwatch: los coreanos siguen siendo los mejores del mundo.

De la derrota se aprende

En ocasiones, la derrota no es tan amarga. Bueno, vale, a veces puede ser el fin del mundo (o quizá el final de un camino determinado), pero también puede significar el comienzo de algo nuevo. A veces provoca un reinicio mental y, si eres jugador profesional, muchas veces supone aprender y mejorar.

Canadá se encontraba en una tesitura complicada tras su derrota por 3-0 en la semifinal contra China. No fue un enfrentamiento demasiado igualado, y sus jugadores tuvieron que disputar el encuentro por la medalla de bronce justo después. Sin embargo, este cambio tan inmediato no hizo mella en el equipo, que, precisamente debido a la derrota, se quitó mucha presión de encima.

«Cuando caímos derrotado en la semifinal, se liberó algo de tensión, ya que desapareció la responsabilidad de conseguir el oro —afirma Christopher «Bani» Benell—. A partir de ese momento solo pensamos en pasárnoslo bien y disfrutar del juego».

En lugar de dejarse desalentar por el resultado, Lane «Surefour» Roberts asegura que su equipo prefirió tomárselo con filosofía. «Si te hundes pensando en la derrota anterior, en la próxima partida lo harás peor —cuenta—. Cuando tuvimos claro con qué composiciones queríamos jugar y recuperamos la confianza en nuestra forma de jugar, nos divertimos».

Pero los buenos equipos no pueden confiar exclusivamente en la tranquilidad para ganar. Todavía debían enfrentarse a un Reino Unido que se lo había puesto difícil a Corea del Sur con dos mapas empatados antes de caer en su semifinal. Canadá se adaptó, y utilizó uno de los trucos de sus verdugos para adecuar el estilo de juego de Winston contra Reino Unido, sobre todo en los dos últimos mapas.

«China tenía un estilo de juego muy agresivo, con una composición que no habíamos visto nunca, y nos costó mucho adaptarnos» —confiesa el jugador de apoyo William «Crimzo» Hernandez—. Así que, contra el Reino unido, se nos ocurrió utilizarla».

Invasión británica

Es fácil ser complaciente al conseguir la victoria, pero tanto Canadá como Corea del Sur parecían genuinamente impresionados por los británicos. Felix «xQc» Lengyel, encargado de proteger la vanguardia donde se producen la mayor parte de los contactos con el enemigo, hizo hincapié en una razón en particular:

«Kyb maneja a Brigitte con un estilo contra el que no he jugado nunca —comenta—. Se esconde por los flancos o en terrenos elevado y salta; entonces todos atacan a distancia aprovechando los aturdimientos de Brigitte y nadie sabe cómo contrarrestarla. Su equipo juega de forma muy agresiva y eficaz al salir de un cuello de botella».

Pan-Seung «Fate» Koo, el tanque principal de Corea del Sur, admitió que el Reino Unido los pilló por sorpresa en el encuentro de semifinales, que acabó con un 2-0 tan poco común como disputado, y declaró que «fueron uno de los equipos más eficientes con la composición triple-triple, y por eso nos costó derrotarlos».

El Reino Unido llegaba a la BlizzCon como teórica cenicienta del torneo, ya que contaba únicamente con un jugador con experiencia en la Overwatch League, mientras que el resto lo formaban jugadores de diversas regiones de Contenders que apenas habían podido entrenar como equipo. Aun así, para un entrenamiento eficaz no se requiere necesariamente un buen ping, sino una mentalidad positiva y confianza.

«Cualquier equipo que trabaje unido y tenga en cuenta a sus compañeros puede plantarle cara a los mejores del mundo —afirma su entrenador jefe, Elliot Hayes—. Mientras haya talento, lo de menos es la cantidad de jugadores de la Overwatch League que tengas, y si se juega bien y como un equipo, puedes rivalizar con los mejores».

Los británicos no permitieron que la etiqueta de David hiciera mella en su ánimo cuando tuvieron que enfrentarse a los Goliats de Overwatch. De hecho, no se lo tomaron como si fuese un David contra Goliat.

«Cuando la gente se fija en los nombres más conocidos, asume que son los mejores —cuenta Harrison «Kruise» Pond—. La OWL es la OWL, pero hay mucha gente en Contenders y todos podemos cometer errores, mejorar... o empeorar. Estoy convencido de que la diferencia de calidad que separa a los jugadores va a disminuir».

Kruise es uno de los jugadores que está recortando esa diferencia con su fichaje por el nuevo equipo de París tras haber jugado en Toronto Esports de Contenders de Norteamérica. Todavía está por determinar si algunos de sus compatriotas se unen a él y a Isaac «Boombox» Charles en la Overwatch League, pero podemos afirmar que los siete leones han aumentado el nivel de los británicos en Overwatch durante el fin de semana.

Al final ganó Corea

Puede que Corea tuviese dificultades para derrotar a los británicos, pero aquello pareció darle fuerzas renovadas. Al final, China se estampó contra el eficiente muro de cemento coreano y no logró adaptarse a tiempo para organizar una remontada. En este caso, perder por 4 a 0 en una serie al mejor de siete supuso un duro golpe y una experiencia difícil de digerir.

«Antes del encuentro ya sabíamos que había cierta diferencia entre los dos equipos, pero nunca imaginamos que fuese tan grande —admitió el capitán de China y tanque secundario Tianbin «LateYoung» Ma—. Sus habilidades y su coordinación fueron muy superiores a las nuestras, y la derrota es muy amarga».

De todos modos, la segunda posición en la World Cup es un logro que China puede recordar como un momento clave; no solo para los jugadores, sino para toda la región.

«Como solo logramos llegar a los cuartos de final en los dos últimos años, nos ha resultado muy complicado disputar el encuentro por la medalla de oro de este año. Espero que el circuito de Overwatch en China siga mejorando», cuenta LateYoung.

En Corea se utiliza la palabra «dinastía» (nada que ver con el equipo de la Overwatch League del mismo nombre) para referirse a aquellos equipos deportivos que han logrado varios títulos en un corto periodo, así que parece apropiado emplearla en este caso. Pero sobre todo impresiona el hecho de que hayan triunfado con una plantilla completamente diferente a la que se coronó campeona el año pasado, y que incluso cambiaran a tres jugadores justo antes de la BlizzCon.

Nos hemos preguntado esto muchas veces: ¿por qué Corea gana siempre en Overwatch? La respuesta es variable y tiene muchos matices. Los jugadores tienen su propia explicación.

«En la cultura coreana, la gente es muy competitiva —explica Fate—. Creo que el hecho de ser competitivos por naturaleza desempeñó un papel importante para lograr una racha de tres victorias consecutivas en la World Cup».

Ese espíritu competitivo se extiende a sus propios predecesores. Cuando se le preguntó a Seong-Hyun «JJonak» Bang, el prodigioso jugador de Zenyatta premiado con el T-Mobile MVP, quién ganaría en una batalla entre los tres equipos campeones de Corea, esbozó una sonrisa de satisfacción junto al flamante trofeo.

«Nosotros, por supuesto».